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A vueltas con la toxicidad de Alcohólicos Anónimos: También en los grupos laicos


Apenas una hora después de colgar mi última entrada en el blog tuve mi primer encontronazo serio en uno de los grupos laicos de Facebook y volví a sentirme como cuando asistía a las reuniones presenciales de mi ciudad, insultada y “amenazada” en mi sobriedad.

La cuestión no era ya el “Poder Superior” de mis antiguas reuniones, sino los doce pasos – que en mi anterior entrada describí como “absurdos” y ahora describiría más bien como “tóxicos” –, los cuales much@s miembr@s siguen al pie de la letra como si de las Tablas de la Ley se tratase. Yo era ya consciente de que dentro de AA existen no sólo fanátic@s religios@s, sino también fanátic@s de los doce pasos y de la propia organización, y de que cuestionar cualquiera de ellos constituye una blasfemia punible con el infierno (de la recaída). De hecho, como ya mencioné, mi amigo “ex-alcohólico” de fuera ha roto el contacto conmigo sólo porque yo no llegué a venerar a AA como lo hace él, lo cual indica el nivel de fanatismo que impone: elegir la Secta por encima de una amistad de más de quince años (es decir, a partir de ahora debería referirme a él como mi ex-amigo ex-alcohólico). Cuando hace un par de meses le “confesé” que había dejado de asistir a las reuniones a cuenta de los intentos de lavado de cerebro con el “Poder Superior”, su respuesta fue: “Pero convendrás conmigo en que AA funciona como un Poder Superior, puesto que el todo es mayor que la suma de las partes”, algo que a mí me suena igual de etéreo que, por decir algo, el sexo de los ángeles.

Sin embargo, como también he mencionado, en los grupos laicos conviven personas con acercamientos muy distintos a AA: hay quienes han seguido a pies juntillas los pasos y quienes pasan de ellos; quienes han tenido o tienen padrino o madrina, y quienes nunca l@s han tenido; quienes han leído minuciosamente el Libro Grande (la “Biblia” del alcoholismo escrita por uno de los fundadores a finales de los años 30 del siglo pasado) y quienes no; y divers@s participantes me han recomendado lecturas y conferencias mucho más “racionales” y científicas. Pero hasta ese día no había visto una manifestación de fanatismo tan fuerte... y tan tóxica para mí. Resumiendo muy mucho: Cuando cuestioné la utilidad de los doce pasos, el mencionado participante del grupo me acusó de “ser una de las personas más negativas que he conocido en mi vida”, lo que en el contexto de AA se traduce como: “Y eso te hará recaer”.

Tras acumular mucha rabia a lo largo del día, y contemplar incluso dejar los grupos y las reuniones online, al día siguiente decidí confrontar al susodicho, algo que nunca me atreví a hacer en las reuniones presenciales (sólo semanas después de dejar de asistir, les expresé mi decepción y mi rabia al Padrino y a la compañera del primer día). Escribí un largo post, que colgué en los tres grupos (en los otros dos sin mencionar nombres), donde lo acusaba, con mucha vehemencia, de intentar minar mi proceso de recuperación, y anunciaba que lo iba a bloquear.

Éste es el texto traducido:


“‘DESDE LUEGO que necesitas algo de positividad. He conocido a poca gente que carezca más de ella’”. Ésta fue tu respuesta a mi opinión personal (dije explícitamente que, ‘personalmente, el programa tal cual es me parece completamente inútil’) a propósito de los 12 pasos. ¿¿¿Acaso me conoces más allá de lo que escribo aquí como para concluir que soy una de las personas más negativas que has conocido en la vida??? ¿¿¿Y qué te hace pensar que estoy llena de negatividad??? ¿¿¿Sólo el hecho de que no me sirven para nada los 12 pasos??? ¿¿¿Sólo el hecho de que hablo a menudo del daño que me infligió AA??? Y es el mismo daño que intentaste infligirme tú: insultándome, socavándome, intentando minar mi autoestima... ¿¿¿Con qué fin??? ¿¿¿Que me sintiera una mierda y me emborrachara??? ¿¿¿Para poder decir/pensar/convencerte de que ‘Si hubieras seguido los 12 pasos, no habrías recaído’??? (Del mismo modo que mis antigu@s compañer@s del AA convencional intentaban hacerme recaer para poder atribuirlo a mi ateísmo.) Me encantaban estos grupos laicos de FB, porque en ellos hay consenso respecto a la falta de creencias religiosas y diversidad de opiniones sobre otros aspectos de AA y del proceso de recuperación... Pero veo ahora que aquí también hay fanátic@s. Yo me fui de AA por culpa de gente como tú... Y te voy a bloquear porque no quiero volver a leer tus feos comentarios. Porque si algo no necesito en este punto de mi proceso de recuperación son amenazas y el socavamiento de todo lo que he logrado en los últimos casi cinco meses. Y lo he hecho todo sin un dios y sin tus 12 pasos y sin flagelarme sobre mis horribles defectos morales."

Me alegré de haber soltado todo esto, pero seguí con un miedo difuso todo el día, hasta el punto de considerar no volver a mirar el Facebook en unos días (por temor a recibir nuevos insultos y amenazas) ni asistir a ninguna reunión online el fin de semana. Sin embargo, a la mañana siguiente me lancé. Lo primero que leí fueron dos mensajes privados de apoyo de send@s participantes de las reuniones del fin de semana. Y entonces me atreví a leer lo demás, que, a excepción de dos o tres amenazas no tan veladas de que mi hostilidad hacia AA me haría recaer, estaban en la misma línea cariñosa.

Al día siguiente, uno de l@s participantes habituales de las reuniones online colgó un post cuestionando la utilidad de los doce pasos y planteando que resulta mucho más razonable el acercamiento de la terapia cognitivo-conductual (TCC), que es el que promueve SMART Recovery (hablaré más de él en alguna futura entrada). La reunión de esa tarde se dedicó también al tema y descubrí que prácticamente ningun@ de l@s presentes (cerca de 15 personas) había encontrado ninguna utilidad en los pasos. Fue una reunión muy enriquecedora, que me reconcilió con los grupos laicos.

Antes, ya les había comunicado a los moderadores de las dos páginas web para las que había empezado a traducir material que no seguiría haciéndolo. Que mi motivación original había sido hacer accesible para l@s hispanohablantes material que cuestionase la premisa básica de AA (la creencia en un dios), que fue la que más me perturbó cuando asistía a las reuniones presenciales, para que supieran que se podía seguir sobri@ Y seguir siendo ate@. Pero que había empezado a descubrir las otras manifestaciones de fanatismo (es decir, el no religioso), así como el profundo daño que algunas de las demás falacias de AA me infligieron. Y que sencillamente no quería animar a nadie a acercarse a ninguna versión de AA, laica o no.

Confieso que me sentí un poco mal por desdecirme de mi compromiso, sobre todo porque el trabajo de estas personas me parece encomiable, incluso admirable. Al fin y al cabo, los impulsores (uso el masculino porque los dos que conozco son hombres) son veteranos que en su momento "sobrevivieron" al AA tradicional y, al abrir la puerta al laicismo, han facilitado que mucha gente vaya más allá de todo lo que representa AA (y no sólo lo relacionado con el "Poder Superior") y explorar alternativas más útiles y menos perniciosas. Y aunque algunos de estos veteranos no concuerden prácticamente con ninguno de los dictámenes de AA, entiendo que sería casi imposible montar una organización con similar propósito (el que falsamente proclama el Preámbulo de AA de "compartir las experiencias, la fortaleza y la esperanza") y con similar alcance y presencia a nivel mundial fuera del paraguas de AA, que tiene ya una infraestructura desarrollada a lo largo de más de ochenta años.

También ese día un miembro del grupo me recomendó, por mensaje privado, un grupo cerrado pero no secreto de Facebook llamado "Leaving AA or Any Other Twelve-Step Organisation" ["Salir de AA o de cualquier otra organización basada en los doce pasos"]. Me uní al grupo y, una vez aceptada, conté mi experiencia en AA y que el daño infligido se manifestaba ahora sobre todo en el miedo, en gran medida supersticioso, que me habían inoculado. Recibí numerosos comentarios de apoyo y me llamaron especialmente la atención los que decían que seguramente tendré éxito en mi proyecto de sobriedad, puesto que tuve la valentía y la lucidez para dejar AA en sólo dos meses, cuando hay quien tarda incluso décadas en reconocer su toxicidad y empezar a desprogramarse.

Por todo esto, y pese al gran valor y apoyo que para mí suponen los grupos de Facebook y las reuniones, no quiero recordar nada de lo que me metieron en la cabeza en AA. Cuando leo "pasos" en tono positivo en Facebook, simplemente hago caso omiso. Ahora me volcaré en este blog y, cuando acabe de desmontar todos los componentes lesivos de la secta de AA, empezaré a divulgar las teorías científicas sobre el alcoholismo y la adicción en general que he descubierto tras mi paso por AA. Y, si logro alcanzar un año de sobriedad, me gustaría convertirlo en libro, en parte para dar testimonio de mi proceso de recuperación desde la perspectiva de una persona alcohólica relativamente "funcional" (gran parte de lo que se lee en los libros sobre adicción son casos extremos, de personas que han acabado en la calle, como el antiguo compañero al que me encontré hace un mes, o en prisión), lo que tal vez pueda ser útil para quienes se inicien en el proceso; contribuir a desenmascarar a AA; y
transmitir esperanza y empoderamiento sobre la base de "programas" racionales de base científica.