A la mañana siguiente, lunes 25 de diciembre, me levanté en un
estado lamentable tanto a nivel físico (secuelas de la noche anterior) como
psicológico (una profunda sensación de fracaso). Pasé la mañana a puras tónicas para asentar el estómago y, cuando llegó la hora del almuerzo, decidí probar a comer sin vino (me había
dado cuenta yo solita, como luego me ratificarían en AA, que la primera copa
desencadena un proceso imparable, independientemente de todas las “buenas
intenciones”). Incluso temblaba mientras me preparaba la comida... Pero lo
conseguí, aunque comiendo menos que de costumbre y quedándome muuuuy llena.
Después del almuerzo prescindí del café, que tenía asociado
al chupito posterior, y decidí que pasaría el resto del día viendo series en
Internet. Había apagado el móvil desde por la mañana, para no recibir más felicitaciones inoportunas como las que me habían disparatado el día anterior, y, tal como venía haciendo en los últimos años de soledad navideña, había decidido ya no encender la tele ni el 24 ni el 25, para fingir que eran días "normales y corrientes" y no presuntamente "festivos y felices".
Tenía pánico a no llegar al final del día sin beber, pero me dije que, aun si bebiera, habría empezado mucho más tarde y, por tanto, el consumo sería mucho menor... Y con esa actitud... ¡¡logré llegar a la hora de acostarme sin haber bebido ni una gota de alcohol!!
Tenía pánico a no llegar al final del día sin beber, pero me dije que, aun si bebiera, habría empezado mucho más tarde y, por tanto, el consumo sería mucho menor... Y con esa actitud... ¡¡logré llegar a la hora de acostarme sin haber bebido ni una gota de alcohol!!
No deja de ser irónico que el primer día de mi travesía hacia la sobriedad
fuera el día de Navidad, una fiesta que detesto visceralmente. Y, sin
embargo, aunque soy atea, y por tanto tiene cero significado religioso para mí, también se puede leer en ello un componente simbólico: etimológicamente, “navidad” significa “nacimiento” y ese día yo... “me autonací”.
Te eutanasiaste. Te moristes al alcohol. Y nacistes a la sobriedad. Bienvenida y sigamos adelante comparto tu forma de pensar y te recuperaras sin necesariamente creer en algo superior. Tengo 8 años sin beber y ha funcionado para mi.
ResponderEliminarMe gusta lo de "te eutanasiaste" (no el hecho de haberlo hecho, claro, sino la expresión). Y sí, sé que se puede seguir sobria sin seguir las doctrinas sectarias de AA. Gracias por los ánimos! :-)
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